GENTE NORMAL

El fue parte de una familia normal, hasta que a su padre se le ocurrió morirse.
Luego de eso quedó solo con su madre, ni abuelos tenía. Evidentemente él y
su madre eran anormales, ya que ni familia completa eran.
Normal y de familia constituída era, seguramente, su maestra de segundo grado que
día por medio le rompía los dibujos que él pintaba con colores que no eran los correctos.
De familias normales y sumamente creyentes eran las piadosas monjas que manoseaban
cada noche a su madre cuando era una tierna niña de seis años, en ese internado infernal.
Claro, seguramente se lo mereció por ser hija y nieta de mujeres sin maridos.
La madre, la abuela y la bisabuela de él, no fueron concebidas en la normalidad.
Normal y descendiente de dinastías formales, era el tipo que con un crucifijo al cueLlo,
le hundía una picana en el culo a él diciéndole “tomá, zurdo de mierda, éste es tu dios”.
Muy piadosa y cuidadosa era seguramente la enfermera que una madrugada le desgarraba
la garganta, introduciendo de mala manera y salvajemente los tubos para hacerle un
lavaje de estómago a él, después de las pastillas que tomó para irse de una buena vez,
por molestarla a esa hora y repitiéndole “así aprendés a no joder a los demás
haciéndote el loquito, la puta que te parió”.
Es por eso que él siempre se rodeó de sus pares, anormales que lo quieren y se dejan querer.
Es por eso que él tiene una novia anormal que lo ama incondicionalmente,
a pesar de él mismo.
Es por eso que que la mejor amiga de él es una anormal que está enamorada de una mujer como ella.
Es por eso que el mejor amigo de él es un anormal que ya tuvo varias mujeres
a las cuales les juró amor eterno y comparten carcajadas en charlas interminables.
Es por eso que él admira desde la ternura, a esos músicos y poetas que cada tanto ametrallan la mediocridad con su arte.
Es por todo eso, que él jamás se sintió un distinto.


Hasta la semana que viene.


A los que desde siempre nos embellecen el camino: Liliana Vitale, Horacio Fontova, Tom Lupo.

HORACIO FUNES